EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS

Narra la historia de un niño llamado Bruno que vive con su familia en Berlín. Su padre es militar y, después de su ascenso, Bruno y su familia se mudan a Polonia.

Una vez allí, Bruno siente que no pinta nada en ese lugar y nadie comprende su desazón.

En el lugar en el que viven, judíos y nazis están separados por una alambrada. Bruno se hace amigo de Shmuel, un niño de su edad que vive aislado al otro lado de la alambrada.

A partir de ahí, se nos narran todas las cosas curiosas que irán sucediendo a Bruno, a su familia y a su amigo.

La novela, de John Bayne, es muy entretenida e incluso apasionante. A mí me ha subyugado y en ningún momento se me ha hecho pesada o demasiado triste. Y es que, aunque está contada por un narrador en tercera persona, casi siempre hace referencia al protagonista, a sus pensamientos, a su forma de entender las cosas, de manera que todo o casi todo lo vemos desde su punto de vista. Y como Bruno es un niño de ocho años que se tiene que enfrentar a situaciones que él no puede entender, las cuenta a su manera, por lo que toda la crudeza de la situación queda suavizada por la mirada del niño.

Esto, junto con el hecho de que el autor prefiere dejar que el lector haga uso de su imaginación en lugar de describir las cosas con detalle, hace que el libro no sea en absoluto desagradable. Todo lo contrario.

El libro tiene un vocabulario accesible y adecuado para todas las edades. Por eso recomiendo este libro a todo el mundo en general, sobre todo para aquellos que tengan curiosidad por aprender cosas interesantes. Porque es una novela que te hace pensar y aprender muchas cosas relacionadas con la vida real y el comportamiento de las personas. Y también te ayuda a conocer la historia y a entender cómo fueron las relaciones entre nazis y judíos.

Por todo esto, es un libro apasionante. Por lo menos lo ha sido para mí.

Mario de León Fernández. 4º B.