El libro, de Eduardo Mendoza, es interesante y entretenido. Además, intenta captar al lector con un tono divertido. Me ha parecido un libro intrigante, ya que, por lo menos a mí, me entraban muchas ganas de averiguar lo que iba a pasar.
Cuenta la historia de cómo un detective improvisado (en realidad es un paciente del manicomio) trata de investigar un caso de desaparición para poder conseguir la libertad.
La desaparecida es una niña que estudiaba en un colegio de monjas y que era hija de un dentista. Pero ella no es el único caso de alumna que desaparece del internado, ya que seis años antes ya se había producido la desaparición de otra niña.
Nuestro detective investiga sobre el caso interrogando a numerosas personas cercanas a la niña desaparecida años atrás, como su mejor amiga de la infancia, el antiguo jardinero del colegio y el actual y otros personajes interesantes...
Pienso que es un libro que engancha bastante a la lectura. Al principio, cuando comienzas a leerlo, no se entiende bien del todo de qué va a tratar, pero conforme vas leyendo se va aclarando la historia y todas las piezas terminan por encajar.
Y aunque tiene un vocabulario un tanto complejo, porque utiliza algunas palabras y expresiones antiguas o muy cultas, pienso que es un libro que puede gustar a gente de nuestra edad (15, 16 años...), porque no cuesta mucho leerlo, por lo menos desde mi punto de vista. Pero también puede gustar a gente mucho mayor, ya que no es un libro escrito para adolescentes (aunque también), sino para el público en general.
Samuel Gómez Navarro. 4º B.
2 comentarios:
Es muy difícil de entender, a mí no me gustó. Ciao!!!
Eh, a mí sí que me gustó... Es muy divertido, y por eso se lo recomiendo a mis alumnos. Esa Ana de antes no soy yo. Ésta sí:
ANA
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